La ciudad de Copiapó dominada por el sol, ubicada en pleno desierto de la región de Atacama afectada por el polvo y los constantemente relaves, sequía, aguas contaminadas, son las situaciones críticas que moldearon una identidad y un estilo de vida dedicado a la minería. Los trabajadores mineros enlazaron una devoción por la virgen de la Candelaria, la Chinita, Santísima Patrona o también llamada La patrona de los mineros. Los trabajadores de las faenas mineras le hacen promesas o mandas, devoción que con el tiempo atrajo a todo tipo de personas, pero una de las expresiones más particulares para demostrar esa devoción, fe y respeto es el Baile Chino
Entre los siglos XVlll, XlX y principios del XX, algunas personas se consideraban devotas de la virgen de la Candelaria, en su mayoría lo eran trabajadores mineros, quienes se encomendaban a la virgen de la Candelaria, le pedían por cuidado y protección, ya que ellos se exponían constantemente por realizar un trabajo muy peligroso, el cual carecía de medidas de protección, por lo que a diario sus vidas corrían peligro en las faenas mineras.
Un trabajo precario, con sueldo malísimo que solamente ayudaba a cubrir las necesidades básicas lo que iba de la mano con un estilo de vida muy vulnerable. Dentro de este grupo de trabajadores la gran parte eran personas pertenecientes a comunidades.
Los inicios de la Fiesta de la Candelaria realizada cada 2 de febrero desde 1780 tiene sus orígenes con en el hallazgo de una imagen de la virgen de la Candelaria en las orillas del salar de Maricunga por el minero Mariano Caro Inca que encontraba protegiéndose de una tormenta en unos peñascales cuando encontró la figura de la virgen María con el niño Jesús en sus brazos, figura de 14 centímetros.
La Fiesta religiosa se celebra cada año y toma por objetivo convocar diversos grupos de danzas religiosas que expresan su respeto a la virgen María con sus múltiples advocaciones marianas. La danza religiosa se destaca por dar inicio a Fiesta de la Candelaria es el Baile Chino, en sus inicios contaba con la presencia de personas de las comunidades indígenas de la región de Atacama, como las comunidades Diaguitas y Collas, además con la participación de mineros. La danza tiene sus orígenes en la mezcla de la evangelización de los españoles y las creencias ancestrales indígenas.
El Baile Chino se destaca en general por unos pasos de baile con una organización en filas que están compuestas por Chinos que tocan flauta, tambor y bailan haciendo flexiones de piernas y saltos siguiendo el ritmo del alférez o abanderado que no baila, pero es quien se encarga del canto. En los inicios del Baile Chino el Baile era conformado por hombres, pero a inicios del siglo XX, se integran de a poco las mujeres, por lo que la presencia de bailes mixtos ha cobrado la misma relevancia que los bailes exclusivamente de presencia masculina.
