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CAP21 – Ex Colonia Dignidad

    La Colonia Dignidad se constituyó en el año 1961, concediéndose personalidad jurídica como sociedad sin fines de lucro bajo el nombre de «Sociedad Benefactora y Educacional Colonia Dignidad». Ese mismo año se hizo efectiva la compra del fundo Lavadero, en la comuna de Parral, Región del Maule.

    Los orígenes de Colonia Dignidad se remontan al año 1954 en alemania. Allí bajo el nombre de Misión Social Privada se creó esta organización dependiente de Paul Schäfer, líder del contingente humano y su grupo de fieles seguidores. El financiamiento de esta organización se basó, principalmente, en el trabajo no remunerado de sus adeptos en una cadena de tiendas de alimentos propiedad de la fundación.

    La gran cantidad de seguidores de la Misión Social Privada se explica por el contexto de precariedad en que quedaron muchos refugiados luego del fin de la Segunda Guerra Mundial. En este marco, la vida en comunidad prometida por la secta y sus líderes les ofrecía seguridad y protección.

    A pocos años de la fundación de la Misión Social Privada se inician una serie de acusaciones de abuso sexual contra Paul Schäfer las que derivan en una orden de aprehensión en su contra dictada por la fiscalía de Bonn, motivo por el que decide huir de la República Federal Alemana. Luego de buscar un lugar donde asentarse, Paul Schäfer y sus seguidores llegan a Chile en 1961.

    Con aproximadamente 230 integrantes se establece en el sur del país, gracias al apoyo del Estado chileno a través del embajador chileno en Alemania Federal, quien los ayuda con la compra del fundo. Finalmente, el 21 de septiembre de 1961 se crea jurídicamente la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. Se inicia con ello la construcción de la Colonia y la explotación agrícola y forestal del predio, junto a la configuración de un violento y represivo sistema de vida.

    Desde su instalación en Chile durante la década de los sesenta, y con ayuda del Estado chileno y alemán, Paul Schäfer, en conjunto con los así llamados jerarcas, grupo de confianza, instala Colonia Dignidad en completo aislamiento, hermetismo y vigilancia interna. Con ello se inicia la configuración de un sistema de vida de represión y control interno que perdurará por cerca de cincuenta años. Este régimen, paralelo al resto de la sociedad, se basó, sistemáticamente, en el abuso sexual de niños y niñas, la tortura y la intervención de la vida privada y pública de los habitantes de la Colonia. Se destruyeron los vínculos familiares apartando a los niños de sus padres y reemplazando su figura por la de tías y tíos. Además, bajo este sistema Schäfer separó a las niñas de los niños evitando cualquier contacto entre ellos y se prohibió cualquier contacto sexual entre hombres y mujeres. Quienes se desviaban de este régimen eran brutalmente torturados: se les aplicaba electroshock, psicotrópicos, inyecciones y/o se les propinaban violentas golpizas públicas y privadas. De ello dan cuenta los testimonios de ex colonos que lograron huir del enclave.

    Asimismo, bajo el lema “El trabajo es culto ofrecido a Dios” se encubrió el trabajo esclavo en la Colonia. Sin sueldo ni días de descanso, los colonos construyeron el hospital, las casas, la escuela, las bodegas de almacenamiento, los campos de sembrado, el cerco, entre otras instalaciones.

    Con el objetivo de mantener el hermetismo del predio y el control de los colonos, también construyeron un férreo sistema interno de espionaje y vigilancia, con modernos aparatos tecnológicos, como cámaras, micrófonos y sensores de movimiento, traídos desde el exterior o creados en la propia Colonia. Estos aparatos se instalaban en el cercado que rodeaba el predio, en los árboles, en el suelo, en los cables de la electricidad, entre otros espacios. La idea era vigilar, pero también impedir el ingreso de toda persona “ajena” al enclave, así como la fuga de los colonos.