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CAP17 – San Pedro de Atacama

    San pedro de atacama se encuentra en la comuna del mismo nombre en la región de Antofagasta y está ubicada en una alta meseta árida a casi 2.500 metros sobre el nivel del mar en la Cordillera de los Andes del noreste chileno. Su espectacular paisaje circundante incluye desierto, salares, volcanes, géiseres y aguas termales. San Pedro de Atacama fue el centro de la cultura atacameña y más tarde, un punto de avanzada para los incas. Toda esta cultura ancestral se encuentra en fortalezas y pucarás que datan del siglo XII.

    La zona atacameña presenta un clima desértico, con grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche, y con lluvias estivales que no sobrepasan los 100 milímetros al año. Las fuentes principales de agua son los ríos San Pedro y Vilama. El elemento geográfico principal del área es el Salar de Atacama, que ocupa una extensión de 100 kilómetros de largo por 80 de ancho. El salar es producto del afloramiento de aguas subterráneas que, saturadas de sales, se evaporan dejando costras ricas en sal y minerales. Los ríos alimentados por las nieves andinas, cursan el área permitiendo la configuración de múltiples oasis. Este es el escenario donde se desarrolló la cultura atacameña.

    Los primeros habitantes del área atacameña arribaron al lugar por el 10.000 antes de Cristo, cuando la zona tenía grandes lagos y potentes ríos, producto del fin de la edad glacial. Las evidencias de los primeros cazadores arcaicos de la región indican que capturaban camélidos salvajes y roedores, que usaban artefactos de piedra y que vivían de forma nómade en aleros y cuevas. Más tarde, altas concentraciones de camélidos salvajes y el aprovechamiento de los productos vegetales permitieron la adopción de un sistema de vida semisedentario, trashumante. Durante el otoño e invierno, los grupos aprovechaban los frutos de los algarrobos y chañares que crecían en los oasis; en tanto cuando se acercaba el verano ascendían a la alta puna para cazar camélidos y recoger obsidiana. Durante esta etapa la cultura se enriquece; las primeras tumbas encontradas datan del 4.000 antes de Cristo y presentan cuerpos flectados, de lado, en cavidades circulares demarcadas por piedras, a veces acompañados con morteros de molienda.

    La población atacameña se volvió definitivamente sedentaria durante el segundo milenio antes de la era cristiana, cuando comenzó a realizar cultivos -particularmente de maíz- y domesticó camélidos. La ganadería de la llama era su principal actividad; aprovechándose el cuero, la lana, la carne y también los excrementos del animal, como combustible y fertilizante. Surgió la textilería y la cerámica; esta última se expresa en recipientes cilíndricos de arcilla roja pulida, decoradas con motivos antropomorfos. Más tarde, un nuevo estilo de alfarería dio lugar a la confección de cerámica negra grabada con motivos geométricos. La minería, particularmente la de cobre, fue importante por proveer de un recurso a ser intercambiado con lejanas regiones.