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CAP 46 – Casa, Obra y Mausoleo de Gabriela Mistral

    Gran parte de la vida de la poetisa Gabriela mistral ocurrió en la región de coquimbo específicamente en el valle del Elqui y la ciudad de serena, lo que dejo una serie de inmuebles, sitios y colecciones representativos de su historia y legado.

    De los distintos hitos patrimoniales existen tres monumentos históricos que destacan por su importancia: La casa en que vivió en la ciudad de serena, la colección del museo Gabriela mistral en vicuña y el mausoleo ubicado en Montegrande.

    Lucila Godoy Alcayaga nació el 7 de abril de 1889 en la casa de su abuela materna, Lucía Rojas Miranda, en la localidad de Vicuña. Jerónimo Godoy, padre de Lucila y maestro de la Escuela de la Unión (hoy Pisco Elqui), fue trasladado a Panulcillo, poblado minero que existió al noroeste de Ovalle. Cuando Lucila tenía tres años, su padre abandonó la familia y su hermanastra Emelina fue nombrada maestra en la escuela rural de Montegrande, donde se trasladaría a vivir junto con la poeta y la madre de esta durante 8 años, período en el que Lucila aprendió a leer, a escribir y se familiarizó con la naturaleza. Lucila también ingresó al campo de la enseñanza, a sus 14 años, desempeñándose como preceptora ayudante en la Escuela de la Compañía Baja, población ubicada al margen norte del río Elqui, muy próxima a La Serena.

    Este hecho la hace trasladarse y radicarse por esos años en La Serena, a muy pocos metros de la escuela donde trabajaba. Es precisamente en esa casa donde comienza la vida de maestra y la carrera literaria de Gabriela Mistral. Como profesora, enseñó a leer a niños entre 5 y 10 años y a analfabetos incluso mayores que ella. Viviendo aquí, también comenzó a escribir en los periódicos La Voz de Elqui y El Coquimbo. Ya a comienzos del siglo XX se publican sus primeros textos de poesía y prosa firmados como «Lucila Godoy» y también como «Alguien», «Soledad» y «Alma», que fueron algunos de los diecisiete pseudónimos anteriores al definitivo de «Gabriela Mistral».

    La vivienda de Gabriela Mistral fue declarada monumento histórico en el año 2008 y es de características sencillas, su sistema constructivo es de albañilería de adobe reforzado, con elementos de madera en el segundo piso, sistema comúnmente usado en el siglo XIX. Se dice que esta casa fue construida por carpinteros ingleses y norteamericanos. Sin embargo, su mayor valor es el histórico, pues es en este inmueble donde Lucila Godoy vivió, creó y publicó sus primeras obras literarias y donde usó por primera vez su pseudónimo universal de «Gabriela Mistral».

    Los museos son instituciones al servicio de la comunidad cuyo objetivo es conservar, investigar y exponer colecciones consideradas valiosas por su relevancia patrimonial, histórica, artística y natural, entre otras. Las colecciones varían en su composición, no obstante, todas ellas dan cuenta de distintos ámbitos de la existencia humana.

    La historia del Museo Gabriela Mistral de Vicuña se remonta a 1935, cuando un grupo de vecinos y el alcalde Julio Álvarez crearon el Centro Cultural Gabriela Mistral, con el objetivo de impulsar el desarrollo cultural en Vicuña, crear una biblioteca pública para sus habitantes, un hogar para niños y un espacio en el que se rindiera homenaje a la poetisa chilena.

    En 1936, el Centro Cultural recibió su primera donación, conformada por 905 de la biblioteca personal de Gabriela Mistral, entregados a través de su hermana Emelinda. En 1942, la biblioteca recibió otra donación, esta vez de 177 libros, procedentes del mismo origen.

    El Museo propiamente tal fue inaugurado en 1957, recibiendo el legado del Centro Cultural y proponiéndose la misión de rescatar y conservar los testimonios tangibles e intangibles de Gabriela Mistral, así como la difusión de los fundamentos literarios, éticos, espirituales y sociales de la Premio Nobel chilena.

    El inmueble en el que actualmente funciona el Museo, fue construido en 1971 por el arquitecto Oscar Mac-Clure, en el huerto de la antigua casa de la poetisa. En 2010, el edificio fue rediseñado por Francesco Di Girolamo, quien amplió el espacio de exposiciones y generó un diseño que permitiera vincular el museo con la casa natal de Gabriela Mistral, una plaza de la memoria, una huerta y la biblioteca.