Saltar al contenido

CAP25 – El Fuerte Tucapel

    El Fuerte de Tucapel es una construcción defensiva ubicada en la ciudad de Cañete, en la Región del Biobío, que fue escenario de importantes acontecimientos durante la Guerra de Arauco.

    La lógica del poblar y sustentar era la llave que abría la puerta a la reducción de las áreas marginales a la hegemonía imperial. Llevado por un afán fundacional, Pedro de Valdivia implemento con pequeñas variantes el esquema de ocupación y asentamiento que se había aplicado en México y Perú, tomando posesión de la mayor extensión posible de territorio fundando fortalezas o ciudades-fortalezas en medio de las zonas que poseían una mayor densidad de población autóctona. Por una parte, las ciudades fueron la principal herramienta de la política expansiva, permitiendo acceder a los recursos y a la mano de obra existente: los encomenderos quedaban obligados a prestar apoyo militar dentro de los límites de la jurisdicción de la ciudad o aún más lejos, y a velar por el bienestar y adoctrinamiento de los nativos que les habían sido encomendados, si bien el afán de riqueza que impulsaba a los conquistadores enceguecía a sus ojos cualquier disposición protectora de los indios.

    En estricto apego a la verdad, el afán catequizador que demandaba la institución de la encomienda se convertía en un eufemismo en el actuar de quienes habían sido beneficiados con la entrega de esta fuerza laboral, quienes no escatimaron medios para satisfacer la ambición de riqueza en que, verdaderamente, fundaban su interés. Sin embargo, la resistencia que opusieron los nativos del Biobío a las medidas de control implementadas por los conquistadores obligó a mantener, desde muy temprano, una fuerza militar al interior de pequeñas fortalezas enclavadas en el corazón de las provincias más reticentes a someterse: Arauco, Tucapel y Purén fueron levantadas por Valdivia el año de 1553, y a lo largo de la «Etapa de la Conquista» fueron arrasadas y reedificadas una y otra vez al compás de la contienda interétnica. Erigiéndose otras más en las décadas que abarca esta fracción de la historia, los fuertes se constituyeron en la punta de lanza de la penetración española en el territorio austral del reino: su función fue exclusivamente militar durante este período.

    Uno de los primeros fuertes en ser construido en el marco del desarrollo de la llamada Guerra de Arauco fue el Fuerte Tucapel, en la actual provincia de Arauco, al sur del rio Biobío, región del Biobío. El fuerte fue edificado y re-edificado varias veces y tuvo más de un emplazamiento

    Como una de las primeras fortificaciones levantadas en el Reino de Chile junto a Purén y Arauco, fue fundada de forma provisoria por el conquistador Pedro de Valdivia en el año 1553 a siete leguas de Arauco, con el objetivo de proteger el camino a las ciudades del sur, Imperial y Valdivia. Sin embargo, fue destruido al año siguiente durante un ataque indígena encabezado por Lautaro, en el que murió Pedro de Valdivia.

    En diciembre de 1553, tras ser elegido toqui general por una alianza de linajes y respaldado por Colocolo, Lautaro se apoderó del fuerte de Tucapel al frente de varios miles de guerreros.

    El ataque preparado por los indígenas fue preparado a traición, con el pretexto de abastecer de hierba al fuerte como era habitual, 100 indios ocultaron en ella sus armas, y una vez dentro, arremetieron contra los defensores. Fue el punto de arranque de la sublevación.

    Sabiendo que los españoles intentarían recuperar el fuerte Tucapel permanecieron en el, lo que efectivamente intentó Pedro de Valdivia al enterarse de la noticia. El gobernador español se puso en marcha hacia Tucapel con medio centenar de jinetes españoles.

    El camino seguido por Valdivia desde Arauco a Tucapel estaba en silencio, apenas había sensación de vida humana. ¿Dónde estaban los indígenas?

     pero al llegar se vio rodeado por los guerreros indígenas. En esta batalla Lautaro, en vez de atacar en masa, empleó como estrategia a grupos sucesivos de guerreros. Cada bloque de indios se alternaba en el combate para no detener la contienda, posibilitando recobrar la fuerza y desgastar al enemigo.

    la clave para Lautaro estaba en la resistencia física: los españoles no eran invencibles y estaban sometidos al cansancio. El éxito estaba en cansar al enemigo, era la clave del indómito Lautaro. Si lograban prolongar la lucha con incesante renovación de fuerzas, los españoles que no podían ser reemplazados, porque eran escasos, serían derrotados tarde o temprano. Había que continuar la lucha hasta lograr el cansancio de la reducida hueste blanca