Hacia el año 7000 a.C. en el extremo norte de Chile, algunos grupos de cazadores de los Andes comienzan a acercarse a la costa y a aprovechar los recursos del Océano Pacífico, motivados probablemente por los cambios climáticos que se sucedieron después de las últimas glaciaciones. En este período, llamado Arcaico, los cazadores empiezan a aprovechar dichos ambientes costeros adaptando paulatinamente sus instrumentos. Así, se da inicio a las primeras sociedades pescadoras de la región, que aplicaron una tecnología de pesca basada en el «anzuelo de concha», que se tallaba en la concha del choro zapato -mytilus-, cuyos colores atraen a los peces cazadores.
Los grupos Chinchorro siguieron cazando y obteniendo recursos de lugares de las cercanías, pero como su sustento principal lo obtenían del mar, se asentaron en la costa, viviendo en casas edificadas sobre depresiones circulares cavadas en el suelo a las que se adosaron paravientos. Cerca de sus viviendas, depositaron sus desechos, especialmente conchas, y enterraron a muchos de sus muertos, cuyos cuerpos quisieron conservar. Así, 3000 años antes que en Egipto, desarrollaron la momificación, constituyendo una tradición que se mantuvo unos 4000 años y que ha sido llamada Chinchorro.
El método más antiguo de momificación consistió en descuerar el cuerpo -al principio sólo de niños, luego de personas de toda condición-, y sacar los órganos de las cavidades, incluyendo el cerebro y los músculos principales de las extremidades. Luego, el cuerpo era secado con brasas y cenizas calientes, colocándole palos amarrados con sogas de fibra vegetal para mantener su rigidez, y después se reconstruía llenando las cavidades con tierra, lana, plumas y plantas. Los brazos y piernas se rehacían con capas de arcilla, para finalmente poner la piel como si fuera un guante, cosiéndola con pelo humano o fibra vegetal. Hacían una peluca con el cabello de los individuos y le reconstruían la cara poniéndole una máscara de arcilla blanca, negra o roja. El cuerpo se pintaba de colores rojo y negro, extraídos de óxido de fierro y manganeso, respectivamente. Más tarde, la técnica de momificación fue simplificada. Cubriéndose el cuerpo con una capa de una sustancia hecha con arena y material orgánico; el proceso a la larga derivó en el uso exclusivo de la máscara facial.
