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CAP35 – Edificios Industriales de la Colonización de Aysén

    La Patagonia chilena fue siempre una región lejana e inhóspita para los exploradores. Desde que se consolidó el dominio español en Chiloé hasta que sucesivas expediciones reconocieran el Estrecho Magallanes, las vastas soledades que mediaron entre ambos puntos permanecieron como espacios desconocidos, siendo explorados de manera muy esporádica , principalmente por viajeros o por misioneros que llegaron a evangelizar a las etnias de esas zonas. Al quedar definitivamente establecidas las fronteras de Chile, tras laudo arbitral de 1902, se entregaron grandes extensiones de tierra en arrendamiento a compañías ganaderas, con la condición de que desarrollaran las potencialidades productivas de la región.

    Durante la primera mitad del siglo XX, los colonos desplegaron una inédita actividad en la región, fundando pueblos por su propia iniciativa, abriendo rutas, despejando terrenos para el cultivo, la ganadería y descubriendo y explotando yacimientos mineros que serían de vital importancia para la región.

    En este contexto de colonización de la Patagonia por parte del estado chileno se privilegió en una primera instancia la construcción de industrias que transformaran el territorio en un polo productivo que entregase una sustentabilidad económica que asegurara la soberanía nacional por medio de la instalación de una población civil de otros lugares del país y que a la vez esto asegurara una naciente población autóctona de la zona.

    Actualmente se reconocen tres monumentos históricos de esta estrategia colonial que son las bodegas portuarias del rio ibañez, el campamento minero puerto cristal y las construcciones de la sociedad industrial de Aysén.

     La construcción de las bodegas portuarias se enmarca en el contexto del poblamiento de la cuenca del Lago General Carrera, en torno al desarrollo de la actividad ganadera en la región. El año 1934 el Estado chileno exige a las compañías productivas el transporte de la producción a través de puertos chilenos, lo que potencia las comunicaciones internas y fortalece las funciones del Puerto de Río Ibáñez.